inception

bien no fue precisamente así. Hace unos días Armando estaba agobiado por la falta de dinero, y dijo "deberíamos vender cupcakes"... yo, en uso de toda mi amabilidad y tacto, lo tire a loco. 

Con lo que no contaba, era que sus palabras se quedarían retumbando en mi subconsciente. Fui ala cama pero no podía dejar de pensar en los cupcakes. si funcionaba podria terminar siendo una cafetería bohemia y pretenciosa, mi sueño de preparatoria, darle una pensada no me mataría.

La vida es de los audaces... según esa teoría yo debería estar muerto, pero vale la pena intentar, no suena como un mal trabajo.